16 mayo 2009

Se creía



Se creía dueño del mundo
porque latía en sus sentidos.
Lo aprisionaba con su carne
donde se estrellaban los siglos.
Con su antorcha de juventud
iluminaba los abismos.


Se creía dueño del mundo:
su centro fatal y divino.
Lo pregonaba cada nube,
cada grano de sol o trigo.
Si cerraba los ojos, todo
se apagaba, sin un quejido.

Nada era si él lo borraba
de sus ojos o sus oídos.
Se creía dueño del mundo
porque nunca nadie le dijo
cómo las cosas hieren, baten
a quien las sacó del olvido,
cómo aplastan desde lo eterno
a los soñadores vencidos.


Se creía dueño del mundo
y no era dueño de sí mismo.




José Hierro

01 mayo 2009

Como tú




Así es mi vida, piedra, como tú.
Como tú, piedra pequeña;
como tú, piedra ligera;
como tú, canto que ruedas
por las calzadas y por las veredas;
como tú, guijarro humilde
de las carreteras;
como tú, que en días de tormenta
te hundes en el cieno de la tierra
y luego centelleas bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú, piedra aventurera;
como tú, que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña y ligera...




León Felipe