09 julio 2006

Jack duerme...

... mientras.. Ennis vela... Hace su guardia particular junto a aquel a quien ama...

No se había dado cuenta de que su corazón podía sentir que aquella noche era maravillosa... preciosa.. darle calificativos...

Antes, la noche era noche y el día, día. No había más... las cosas eran como eran y punto.
Pero aquella noche no...

El cielo cargado de estrellas, cerca la canción nocturna del río, el olor de los pinos y junto a el, ese ser casi niño que tanto le había hecho sentir hacía nada...

Lo miraba mientras dormía, escuchando el acompasado ritmo de su respiración. Disfrutaba...

Jamás lo hubiera creído, no lo hubiera pensado pero era la primera vez que se deleitaba viendo dormir a un un hombre a su lado; más increíble aún para él,, viendo dormir a su hombre...

Tapó el torso desnudo de Jack con la desgastada manta y sin pensar, acarició su pecho como aquella vez... Jack se estremeció, se dio media vuelta y lo rodeó con su brazo...

Ennis suspiró, cerro los ojos y soñó que aquel abrazo no terminaba nunca...

8 Comments:

Blogger Alas said...

Podría ser así, justo así, siempre...

Bellísimo, gracias Mar...

julio 09, 2006 7:47 p. m.  
Blogger pon said...

Y siguió soñando para siempre...
Qué bonito, amiga.

julio 09, 2006 9:59 p. m.  
Blogger Dalia said...

para mí ellos dos siempre estarán así... juntos y felices.
Esa fue la verdadera vida, los pocos momentos que podían compartir.

julio 10, 2006 4:01 p. m.  
Blogger Ana desde el Sur del Mundo said...

Esas caricias que quedaron marcadas a fuego, que nunca se olvidaron.
Esas vigilias que en cada despertar del futuro serán un recuerdo latente.
Esos días que se repetirán a cuenta gotas y luego por siempre apenas logren volver a reunirse.

julio 11, 2006 4:00 p. m.  
Blogger Dalia said...

no me canso de leer tu relato, que lindo es. Ennis velando el sueño de Jack. Es muy tierno.

julio 11, 2006 5:37 p. m.  
Blogger pon said...

Mar norteño, he rescatado este texto que colgué en Brokeacohólicos y luego el puto lo puso en su casa, me parecía que se cruza con el tuyo y me gusta pensar que es así. Sintonías extrañas.


"Cómo me gusta, amigo, ver como duermes a la luz de la luna llena atravesando la tela blanca de la tienda. Tu nariz se afila cuando estás boca arriba, esa nariz que parece estar siempre buscando algún aroma conocido. Te miro así, tan relajado en el sueño, y tus labios forman de vez en cuando una mueca. ¿Qué estarás soñando?; pero tú siempre estás soñando, hasta despierto. Quizás despierto es cuando más sueñas.
Cada vez que me desvelo aprovecho para contemplarte, y doy gracias por esa piedra que se me clavó en el hombro y me despertó.
Si no, me hubiera perdido estos momentos en los que puedo mirarte a placer, sin que te des cuenta, tumbado a mi lado con la ropa puesta. Me perdería la forma en que te das la vuelta, ahora siempre te quedas de cara a mí si no te estoy abrazando. Me perdería tu respiración caliente y pausada, tus rodillas que se me clavan, esos sonidos que haces cuando giras, incómodo. Esa forma de plantar tu mano abierta en mi pecho. Si te abrazo te giras de espaldas y tu pelo me hace cosquillas en la cara; muchas veces de día me llevo la mano ahí, donde me rozan, y vuelvo a sentirlo.
De noche, amigo, de noche eres solo mío, porque estás dormido y no te das cuenta de las horas que paso perdido en tu cara, en tus manos, en tu pelo, escudriñando en la penumbra cada pequeño rasgo tuyo. Por las mañanas me dices que tengo ojeras, pero no ves la media sonrisa con la que me acerco al río. No pierdo horas de sueño, amigo, gano horas de tí.
Cómo me gusta esa cara de niño que se te instala cuando duermes. Seguramente te habrán dicho muchas veces lo bonitos que son tus ojos, pero me gustan más cuando estás dormido, aunque no se te vea el color. Pero es que en el sueño desaparecen las arrugas de preocupación que los años te han cincelado, y vuelves a tener la misma cara que cuando subimos por primera vez juntos a la montaña, hace ya tantos años.
Te miro y remiro, me tienen que durar los recuerdos hasta la próxima vez, tengo que grabar tu cara en mi mente, tu voz, tus gestos, para no volverme loco mientras no estás.
El sueño me vence, ahora me has abrazado tú a mí y en tu calor me estoy durmiendo, qué buen sería si no amaneciera en años.
Mañana pondré otra piedra bajo mi saco de dormir, así no me pierdo otra noche tuya.
Hasta mañana."
Un beso, Mar norteño y todos.

julio 12, 2006 1:18 p. m.  
Blogger Mar del Norte said...

Sintonías tan extrañas que, tras conseguir no llorar como al principio, me han hecho soltar lágrimas nuevamente...
Ufff,,, suavemente me mata...

julio 12, 2006 1:55 p. m.  
Blogger El César del Coctel said...

Mujer, esto es profundamente bello... me has puesto a suspirar, me has llenado el corazón, me has puesto lágrimas al borde de los párpados, me has traido a la mente la imagen del hombre que amo cuando duerme a mi lado...cuando estamos juntos, en medio de la noche y del profundo sueño, alguno de los dos supera la espesa oscuridad y símplemente besa al otro, para continuar durmiendo... es hermoso estar dormido, cuando derrepente siento ese delicioso e inesperado beso... en las mañanas, con la luz del día, le saludo con infinita cantidad de besos y le obsrvo mientras aún no es capaz de vencer el sueño... que lindo es verle durmiendo, junto a mí... le acarici y beso su frente, ojos, sienes, mejillas y boca.

abril 14, 2008 8:29 a. m.  

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