02 mayo 2006

Descender


Sí, esto es el descenso, la bajada, ya no hay vuelta atrás. Son órdenes de Aguirre, y como dóciles trabajadores las obedecemos.
Hay una marca en tu cara, Jack, y otra en la mía. Hemos peleado. Tengo una rabia dentro que no me deja vivir. El cabronazo de Aguirre nos quita tiempo de estar en la montaña, de estar juntos; más que quitar, roba. Sí, esa es la palabra. Nos roba minutos, días de felicidad.
Hemos peleado. Me has dado un puñetazo y yo te lo he devuelto. Ha sido tal el golpe que se ha manchado mi camisa de sangre.
He tenido que cambiarme la camisa. No quería llegar a Signal y parecer un pobre desgraciado.
Sí Jack, esta es la bajada, mi bajada a los infiernos porque el cielo lo acabo de dejar atrás. Ese cielo en el que tú y solo tú has cambiado mi vida, mi alma, mi todo.
Decir que estoy triste es no decir nada; tengo el corazón roto, Jack, roto porque cada paso que vamos dando es un paso que nos aleja sin remedio. Me espera Alma. A ti,,, tu destino en los rodeos.
Voy bajando, poco a poco, demorando el momento de la separación. Cómo decirte, Jack, que me has cambiado la vida? Jamás volveré a ser el que subió a Brokeback, jamás.

1 Comments:

Blogger un-angel said...

A veces son inevitables los descensos, para reconocer y darse cuenta de la luz que había allí arriba. Para recordar el color que tenía el cielo en la cumbre. Para echar en falta el aire que nos limpiaba el alma y la mirada.

mayo 03, 2006 10:20 p. m.  

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