Soneto XXV
Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.
Pablo Neruda
5 Comments:
es placentero... qué bonito imaginar vagar por el mundo y luego tenerlo todo al lado de alguien.
Abrazos
...si, el amor tiene ese efecto en el corazón de las personas...
Una vez más, preciosa elección, mi mar querido.
Un beso bien grandote.
Me encanta esa foto en la que una tímida luna semiesconde su belleza ante la grandeza de la noche.
Y sí, es casi un milagro cómo una sola persona entre tantos millones puede tener la magia de transformar por completo el mundo de alguien. Es precioso cuando ocurre.
Un abrazo
ah conozco el sentimiento... de simpleza aterrorizante de esperar lo que no se conoce.
Besos Mar
El amor lo inunda todo de belleza, por muy inhóspito que sea el paisaje cuando estás enamorado todo es más bonito, porque el amor lo transforma, porque el amor lo hace bonito, porque el amor es bonito.
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