04 septiembre 2009

Soneto XXV


Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.


Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.


Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,


todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.




Pablo Neruda

5 Comments:

Blogger El César del Coctel said...

es placentero... qué bonito imaginar vagar por el mundo y luego tenerlo todo al lado de alguien.

Abrazos

septiembre 05, 2009 5:39 a. m.  
Blogger un-angel said...

...si, el amor tiene ese efecto en el corazón de las personas...
Una vez más, preciosa elección, mi mar querido.
Un beso bien grandote.

septiembre 05, 2009 7:39 a. m.  
Anonymous brokemac said...

Me encanta esa foto en la que una tímida luna semiesconde su belleza ante la grandeza de la noche.
Y sí, es casi un milagro cómo una sola persona entre tantos millones puede tener la magia de transformar por completo el mundo de alguien. Es precioso cuando ocurre.
Un abrazo

septiembre 09, 2009 6:21 p. m.  
Blogger Dalia said...

ah conozco el sentimiento... de simpleza aterrorizante de esperar lo que no se conoce.

Besos Mar

septiembre 10, 2009 10:57 p. m.  
Blogger Leo said...

El amor lo inunda todo de belleza, por muy inhóspito que sea el paisaje cuando estás enamorado todo es más bonito, porque el amor lo transforma, porque el amor lo hace bonito, porque el amor es bonito.

septiembre 17, 2009 11:34 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home